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jueves, 28 de julio de 2011

Querida Consuelo



Querida Consuelo:

En primer lugar, quiero transmitirle cuán aterrado me hallo por lo que me ha comentado. ¿Que alguien me ha echado un hechizo súper potente? No puedo creerlo. ¿Qué clase de animal desalmado jugaría con los poderes de la naturaleza para perjudicarme a mí, un peculiar mortal que no le ha hecho nada a nadie?

Entiendo que mi e-mail de Hotmail puede no ser un medio seguro. Ese correo está pinchado por vampiros espirituales. Sin ir más lejos, estoy casi seguro de que Papá Noël acierta siempre con sus regalos porque lee mi correo. Mira que mi  Hada Madrina me lo advirtió justo antes del Baile, mientras convertía 4 bolsas de Mercadona en mi traje de Graduación:  "Pásate a Gmail, Arturo, que Hotmail está pinchado y no es un medio seguro".

Estoy verdaderamente acongoacojonado. Tengo miedo de ir por la calle y de que algún dementor me atrape, no me sale muy bien mi expectro patronus. Por otro lado y gracias a la positividad que me caracteriza últimamente, debo apreciar, al menos, tener un aura tan potente como para que usted la haya captado. Siempre he sabido que era especial y esto me lo ha confirmado.

Asimismo, agradezco que su conciencia de buena bruja piruja no le deje descansar tranquila hasta que salve mi alma al módico precio de 1,16 euros el minuto, pero es que me lo he gastado todo el ropa, droga y putas. Así que apelo a su buena conciencia de buena medium de magia blanca, colega de colocones de césped fumado de la Madre Tierra, para que me libre de semejante mal sin que yo tenga que abonar nada. Tengo toda la vida por delante.

Si, por el contrario, decide dejarme con este encantamiento hasta que un príncipe bese mis labios, la llevo clara. De todas formas, me conformaré con que usted deje de mandarme e-mails y que su secretaria no me llame más al móvil, sobre todo en horario de trance (siesta), pues es cuando recargo todos mis chacras y me jode.

Como espero haber dejado claro que no pienso pagarle un duro, espero no volver a recibir ningún correo por su parte, porque mi buen olfato y la existencia de Aramis Fuster y el del tanga me dicen que mi única maldición son sus e-mails y eso no tiene Consuelo (qué ocurrente soy, ¿no?).

Sin más, que la Madre Tierra y el Padre Sol le protejan y su luz y prados guíen sus pasos. Yo, por mi cuenta, seguiré haciéndole caso únicamente a Esperanza Gracia.


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