Siempre hay un acontecimiento, generalmente nimio y ridículo en comparación con las consecuencias, que hace que pongas fin a una situación de tu vida. En este caso hablo de mi vida bloguera en Tumblr, que ha terminado por culpa (o gracias a) de la foto de arriba. Una foto de mi Graduación. Una puta foto que en Tumblr sólo puedo subir horizontal.
Llevaba días entrando en mi blog, sin ninguna nueva idea en mi cabeza para actualizar y viendo esa foto que me recordaba las limitaciones de Tumblr: No sé cómo dejar que la gente comente mis entradas, no puedo subir fotos verticales, no puedo justificar textos. Así que dije: "Hasta aquí. Empaqueto y me voy a blogger" (porque gracias a este blog para la asignatura que me ha torturado durante un año entero, también le he cogido asco a Wordpress).
Obviamente le sigo guardando mucho cariño a mi antiguo Tumblr porque allí he enseñado bastante de mí. Puedes ver, por ejemplo, que no me gusta el catolicismo exacerbado (Los Phelps, esos hijos de puta y Ser monjil a los 20 años) y que yo también me indigné (Arturo Trapote Sale de trabajar y se va a su casa a comer). Que me gustaría que me gustara el champán (Las tetas de una reina para beber champán) y que siento atracción estética por lo grotesco y la androginia (Una arroba muy bien puesta).
También puedes comprobar que me trago todas las películas que uno debe tragarse y que a veces voy de antropólogo por la vida (Series de películas que nos arruinaron: Pretty Woman, Saga Crepúsculo y Tienes un e-mail), de publicista (La señora poma quiere pepinos) y que una curiosidad morbosa y estupefacción primaria me empujan a leer muchos blogs de moda (La elegancia la llevo yo, vieja amargada).
Y, sobre todo, cuando hayamos intimado un poco, puedes descubrir qué pienso del amor y las relaciones (¿La historia de amor más bonita del mundo? e Infidelidades de ayer, hoy y siempre).
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